Podría comentar de las rebajas, pero como los mejores chollos se encuentran en febrero, lo voy a dejar para la semana que viene y hoy me centro en el caso que no ha dejado de aparecer en todas las cadenas: el de Diana Quer.
Pero no voy a hablar de ella, porque no creo que haya alguien en este país que no compadezca a Diana y a su familia. ¡Menudo calvario han sufrido! Y, por desgracia, como otras tantas familia. En cuanto a ella, bastante mala suerte tuvo de cruzarse en el camino de semejante monstruo, ¿o tengo que llamarlo presunto asesino? ¿o asesino confeso? Pero tampoco voy a darle bombo a ese indeseable porque por suerte está en la cárcel y ahí está bien.
De quien voy a hablar es de la persona que me tiene intrigadísima, a quien el juez ha dejado de investigar, y que los padres de Diana tratan de que se la vuelva a imputar. Me refiero a Rosario Rodríguez, la mujer de Enrique Abuín, alias «El Chicle».
COARTADA
Las primeras pesquisas llevaron a los investigadores a sospechar del Chicle, pero su mujer siempre le proporcionó coartada asegurando que la noche de autos estuvieron juntos; por si fuera poco los cuñados avalaron el testimonio afirmando que los cuatro estuvieron robando bidones de gasolina en las inmediaciones de su pueblo. Todo una mentira que ha llevado a la policía y la Guardia Civil a perder un tiempo precioso y a malgastar recursos de forma innecesaria, entorpeciendo una investigación que contaba con el apoyo de toda la sociedad, y de la que se están estudiando posibles nuevos casos —Hay chicas desaparecidas que podrían haber caído en manos de este criminal.
No tengo ni idea de cuáles pueden haber sido los motivos que han llevado a los cuñados a inventarse semejante historia; como el juez no los ha imputado voy a pensar que creían en su inocencia y lo encubrieron para disipar sospechas, o tal vez se sintieron amenazados. Sin embargo, no puedo comprender a Rosario. El juez considera que no hay indicios suficientes para investigarla porque parece probado que el asesino actuó en solitario y la ley la ampara en cuanto a lo que a su papel de encubridora se refiere; en concreto queda exenta de responsabilidad porque el Código Penal señala que todos los españolitos tenemos derecho a encubrir a nuestro cónyuge —ascendientes, descendientes y hermanos también—. Así que Rosario se va a su casa.
ROSARIO
¿No se debería hurgar un poco más? Es posible que muchos ya sepáis que el asunto comenzó hace trece años, pero para los que no, ahí va la explicación: la hermana gemela de Rosario denunció al Chicle por violación, pero la causa fue sobreseída porque Rosario se molestó en testificar a favor de su marido. En concreto dijo que estaba con él y que, por tanto, no pudo cometer el delito. ¿No es demasiada casualidad? Lo que no tengo claro es si esta hermana es la misma que ahora también lo ha defendido. Si es así, apaga y vámonos.
Dejo en un aparte los trapicheos de drogas en los que parece ser que el «señor Chicle » se ha visto envuelto, e incluso voy a pensar que tampoco tiene nada que ver en los otros casos de chicas desaparecidas por esos parajes que ahora están siendo investigados por si este fulano también está involucrado, ya que el modus operandi parece ser similar. Pero lo que es un hecho probado es el intento de violación a otra joven el pasado diciembre y que fue lo que llevó a la policía a detener a Enrique Abuín.
Por eso no me quito a Rosario de la cabeza. Si tu hermana acusa a tu marido de haberla violado y se escaquea porque eres tú quien lo protege; si tu marido desaparece por ahí más de una noche, y en concreto desaparece la noche en que secuestran a una chica; si arrestan a tu marido por otro intento de violación y si, en definitiva, tu marido no es trigo limpio. ¿Por qué sigues a su lado? ¿Por qué en cuanto el juez permite las visitas vas corriendo a su encuentro y le juras amor eterno, si acaba de señalar el lugar exacto donde se encuentra el cuerpo de una chica a la que se llevaba más de un año buscando y reconoce que la asfixió?
Para mí, solo existen dos respuestas: o porque es muy lista y ella maneja todo el cotarro y está más involucrada en los temas de drogas de lo que parece, o porque es muy tonta y está totalmente manipulada por el Chicle.
Por lo visto se casó con él a los dieciséis años porque estaba embarazada. Enrique tenía veintisiete…Me inclino por la hipótesis de la manipulación. Entonces esta mujer necesita ayuda y urgente, porque dormir tranquilamente al lado de un «asesinoviolador» y ser feliz me parece incompatible.
De todas formas considero que se debe escarbar más porque por muy abducida que ande una, no me cuela que no tuviera ni idea de que algo estaba pasando en su casa —Aquí me viene a la cabeza la madre de Elisabeth Fritzl, la chica que fue secuestrada por su padre y la mantuvo veinticuatro años encerrada en un sótano y con quien tuvo siete hijos; aseguró que no se enteró de nada…Uff.
Supongo que a medida que avancen las averiguaciones se sabrá más sobre el papel que esta mujer ha jugado en el caso y será el juez quien decida si Rosario es víctima o verdugo.
En cualquier caso, ¿qué opináis vosotros de Rosario? No se cobra.
Esta señora, según tengo entendido,tenía a su marido como a la única persona en su vida que le había querido, cuidado y protegido, ya que dicen que tuvo una infancia traumática. Por lo tanto es fácil entender que lo proteja. Imagina como era su familia si para ella «el chicle» lo era todo.
Hola Irene, qué alegría volver a tenerte por aquí!
He leído en algún sitio que la familia de ella era más normal que la del «Chicle». Yo me inclino a pensar que la protección hacia su marido se debe más a casarse con 16 años y estar totalmente manipulada por él que a su familia. De todas formas, también entiendo que los padres de Diana quieran esclarecer los hechos. Y sigo pensando que Rosario necesita ayuda.
Gracias, Irene.