¿Estarán los científicos cerca de encontrar el elixir de la eterna juventud o solo conseguirán alargar la vejez hasta que cumplir 120 años sea lo más normal del mundo, permitiendo que los pellejos arrastren el suelo? Esta es la cuestión que me llevo planteando toda la semana.
Resulta que por enfermedad de un familiar me ha tocado chupar hospital casi diez días. Y claro, entre que salía a por un café o bajaba a comer a la cafetería, me fui cruzando con bastantes enfermos que salían al pasillo a estirar las piernas para no quedar anquilosados ni plagados de incómodas úlceras fruto del excesivo «encamamiento». Tal vez el tema fuese por la planta en la que me encontraba, donde los médicos más buscados eran los internistas. Para quien no lo tenga claro son los que atienden a pacientes complejos cuyo diagnóstico es difícil por encontrarse afectados por diferentes enfermedades o presentan síntomas en varios órganos.
La cuestión a la que iba era que la mayoría de paseantes, si es que podían levantarse, se ayudaban de un acompañante o un andador. Y a alguno que otro vi sujetándose una bolsita, más o menos oculta, de la que sobresalía un tubo que llegaba a alguna parte de su cuerpo. No seáis mal pensados, a algunos les alcanzaba hasta la vía que habían clavado en el dorso de la mano.
Me puse a cavilar e hice un cálculo rápido sobre la edad media de los enfermos. Lo dejé en setenta y cinco; y lo más probable es que me quedase corta. Pero mi mente dio para más y me pregunté cuántas primaveras tendrían los ingresados en hospitales por este tipo de dolencias hace veinte años. Probablemente muchos menos, porque hace veinte, treinta o cuarenta años la esperanza de vida era menor.
Así que resulta evidente que la ciencia ha avanzado y ha conseguido que nuestras células se alarguen en el tiempo. Pero el problema de las enfermedades que conlleva la vejez se ha agudizado. Léase: Alzheimer, Parkinson, problemas cardiovasculares y óseos y muchos tipos de parálisis provocadas por ictus. Dejo en un aparte los casos excepcionales de gente joven que sufre alguna de las dolencias antes mencionadas, y no incluyo el cáncer porque ese no comprende de edades, sexos ni religiones.
Por supuesto que hay que seguir investigando para paliar estos males, pero ¿no sería mejor estudiar cómo evitarlas? La piedra filosofal sería encontrar el elixir de la eterna juventud. O, por lo menos, estirar al máximo esa maravillosa etapa de la existencia. Tener un cuerpo de veinte con la experiencia que dan los cuarenta, cincuenta, sesenta…Guau!!
Empiezo a indagar y ya están en ello. Una investigadora de un laboratorio de Madrid está convencida de que la clave de esa deseada juventud se encuentra en los telómeros. ¿Qué son? Pues regiones de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas. El tiempo los va acortando, así que cuanto más extensos sean, mejor. Según comentaba, habían conseguido alargar los telómeros de ratones, logrando prolongar su vida un 40%, y estando de mejor ver. Pero hasta la fecha no se ha probado en humanos y las recomendaciones para que no se acorten los telómeros fueron: ejercicio, alimentación equilibrada y estilo de vida saludable. En fin, lo de siempre.
Por mi parte, o se dan prisa en sacar a la venta el elixir de la eterna juventud o me tendrán que poner telómeros nuevos. Si es que no estoy ya criando malvas…Fuera de bromas, es cierto que se está avanzando muchísimo, pero intuyo que más lentamente de lo que podamos creer.
Por cierto que hay, ¿o había?, 180 personas en el mundo que han confiado tan ciegamente en la ciencia y la tecnología del futuro que están criogenizadas en un laboratorio de Estados Unidos esperando el gran momento de su resurrección. Una solución socorrida para los desesperados por aferrarse a la vida o por vivir una segunda juventud. Si alguno de vosotros pudiera encontrarse en esta situación, os informo de que no es tan caro: 100.000 euritos por la inmortalidad. Claro que, el que no pueda asumirlo, se crioniza la cabeza por 12.000 y asunto arreglado. Todo verídico.
Supongo que los elixires y las resurrecciones algún día se harán realidad, pero no será mañana. Esto lo digo porque también vi un programa en el que el presentador, de cuarenta y tres años, consintió en que le secuenciasen el genoma. Lo que se traduce en que aceptó que estudiaran su ADN y le informaran de todas las enfermedades que era susceptible de padecer. Nota: para el que tenga interés se puede obtener por 1.000 euros.
Aviso que a mi no me convenció y os voy a explicar el porqué. Porque la mayoría de enfermedades todavía no tienen cura. Solo para algún tipo de cáncer, como le sucedió a Angelina Jolie, puede ser positivo. Extirpando el órgano que resultará afectado te quitas de encima el más que probable futuro de sufrimiento.
Pero vuelvo con los resultados del intrépido periodista, porque su cara fue un poema. Le dicen que no va a padecer ni Parkinson ni Alzheimer juvenil. Él, muy contento, les pregunta: «¿Entonces, no voy a sufrir jamás esas enfermedades?». Respuesta: «El juvenil seguro que no. No te va a pasar como a Michael J. Fox, pero a partir de cierta edad ya no lo podemos garantizar». El hombre perdió un poco la sonrisa porque tampoco especificaron cuál era esa edad, pero, bueno, vale, bien. Lo que afirmaron es que a día de hoy existen paliativos, pero no remedio milagroso. ¿Quizá en una década?
Después se tomaron un poco más de tiempo e intentando ser lo más sutiles que pudieron le explicaron que le habían detectado una mutación en el corazón. Palideció ligeramente y se atrevió a preguntar qué significaba aquello. Y, nada más y nada menos, significaba que tenía unas probabilidades muy elevadas de sufrir una muerte súbita. Alarmado, pero intentando no parecerlo, quiso saber qué podía hacer. ¿Queréis saberlo? Nada, no podía hacer nada. Ir a revisiones más a menudo y vida sana.
No añadió nada más, pero me apuesto veinte euros a que se acordó de la madre que parió al estudio del genoma humano. ¡Con lo tranquilo que vivía!
Desde mi punto de vista, si no hay solución, ¿para qué quieres anticiparte a tus posibles desgracias? Prefiero no saber…Además, ¿qué puede pasar con las compañías de seguros médicos? ¿Pedirán una secuencia de tu genoma y en función de tus padecimientos venideros pagarás un tipo de póliza u otro? Eso si te aceptan, of course.
Lo mismo aplico a los seguros de vida, enfermedad, incapacidad total o permanente…Resumiendo, que abogo por el estudio de los telómeros y el elixir de la eterna juventud. Así las enfermedades también se retrasarán. Y, a medida que encuentren panaceas para las distintas afecciones, aplicar el estudio del genoma (solo donde hay antídoto)
Esta es mi opinión, pero ¿ alguno de vosotros se sometería al estudio de su ADN? ¿Y la crionización? Ahí os dejo con el dilema.
Bufff.,me llega este artículo en horas de primavera sobrevenida y ya sabes..cambios de humor. Cierto, cada día la ciencia avanza más y la expectativa de vida es mayor, creo que el proceso de la vida es nacer para llegar a morir y no hay más, entiendo y aplaudo que es necesario conseguir que ante la enfermedad se mitigue el sufrimiento, esto es calidad de vida y calidad de muerte. Desgraciadamente nuestro y cuerpo y mente no habitan en el paraíso terrenal, ¿Que significa?, pues que la vida cotidiana y el acontecer del trabajo,de factores exogenos afecta al cuerpo y lo deteriora y la mente que todo lo controla se despista. En fin que me lío.Creo que se tendría que inventar un elixir para la convivencia, aunque ya sabemos que la Arcadia feliz no existe. Aplaudo a los científicos por todos sus logros y que vengan más. Todos tenemos una fecha de caducidad. Muchas gracias!! Disfruto mucho con tu blog.
Ay, Aga, creo que todavía es más difícil el elixir de la concordia, porque ahí no hay científico que valga. De lo que estoy convencida es de que, aunque nosotros no lo veamos, algún tipo de pócima juvenil llegará a la humanidad. Hasta dónde? No lo sé. Tal vez la muerte sobrevendrá por accidentes o nuevas enfermedades que aparecerán. Lo que no me convence en absoluto es la criogenización. Qué se puede conseguir resucitando a un muerto? Un Frankestein? Estoy de acuerdo contigo en que la vida es un ciclo que finaliza con la muerte…Y eso, no cambiará.
Gracias por tus comentarios de apoyo, me encantan!! Un abrazo
Gracias a ti por compartir. Tampoco creo en la criogenizacion, imagínate que funcionara, ¿ que haría un político o empresario de hoy en una sociedad dentro de 70/100 años?. Un abrazo!!!
Un empresario no sé, pero un político robar con mayor maestría…Imagínate la de años que tendría para perfeccionarse. Jajaja. Otro para ti!!